Mercantilismo Uruguayo y Proteccionismo Global

Las trabas al comercio no nos enriquecen, nos atan. Uruguay fue una potencia cuando creyó en la libertad. Hoy, el mercantilismo constitucional y los pactos globales nos devuelven al camino de la servidumbre.

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En Defensa de la Libertad Económica

Las recientes medidas de política comercial del presidente Trump han causado un gran revuelo. Las opiniones son variadas: algunos las consideran estrategia geopolítica y otros las ven como proteccionismo. Lo cierto es que las repercusiones en los mercados de capitales han sido notables.

El objetivo manifiesto del presidente norteamericano es alcanzar una balanza comercial positiva con cada país, es decir, exportar más de lo que se importa.

Nuestra balanza comercial con Estados Unidos, en 2024, fue levemente favorable para ellos: según OEC-World, Uruguay exportó bienes por US$ 1192 millones, e importó por US$ 1213 millones.

Durante los últimos cinco años, esas exportaciones han crecido un 14,6%. En 2024, las empresas locales les vendieron carne vacuna congelada, subproductos cárnicos, celulosa y madera aserrada; y les compraron petróleo, gasoil, medicamentos y maquinaria agrícola.

Mercantilismo y la Obsesión del Superávit

El mercantilismo es una doctrina que fue dominante en los orígenes del pensamiento económico que cobró notoriedad en el siglo XV al XVII, en la época de los imperios y el comercio con sus colonias.

Con ideas más prácticas que científicas, suponía que la riqueza de un país está dada por la cantidad de metales preciosos que pueda acumular, hoy dólares u otra divisa. Dicha riqueza proviene del intercambio con el extranjero, por lo que buscaban exportar más de lo que importaban.

Ese superávit comercial era perseguido activamente desde el estado al promover las ventas al exterior y desalentar las importaciones, que constituirían salidas de oro, la moneda de cambio internacional de la época.

Adam Smith en su famoso libro La Riqueza de las Naciones (1776) explica como las trabas al comercio impuestas entre los países terminan siempre perjudicando el crecimiento y, por lo tanto, nos hacen a todos más pobres.

Una Simple Analogía

Para entender el absurdo de estas medidas, consideremos la siguiente analogía: con el “país supermercado” tenemos déficit comercial, es decir compramos más de lo que les vendemos, que es nada.

Por otro lado, con el “país empresa” donde trabajamos exportamos (vendiéndole nuestro ocio) más de lo que importamos, en ese caso tenemos superávit comercial.

Los países exportan aquellos bienes con ventajas comparativas, para poder importar los que, o no les conviene producir o no pueden hacerlo, pero que empresas y familias necesitan consumir.

Esos intercambios comerciales los eligen las personas de los distintos países, al igual que ocurre entre departamentos, entre provincias o estados, o entre hogares; no hay diferencia sustancial.

Que el gobierno busque superávit comercial sería como si nos obligara a producir nuestros bienes, en lugar de comprarlos en la tienda de nuestra preferencia, o que no compremos todo lo que queremos, una pérdida de bienestar y la vuelta a la subsistencia.

Industria Nacional, Camino de la Servidumbre

Cualquier medida proteccionista tiene el mismo objetivo, limitar lo que se importa y buscar producirlo dentro de las fronteras del país.

A eso me refería, al publicar en Yazaki Uruguay y la piola que se cortó, cuando nuestros sindicalistas abogaban por una industria nacional fuerte, para que empresas extranjeras no se “aprovechen” de trabajadores indefensos.

Ideas que, tanto en teoría como en la práctica, han demostrado rotundos fracasos y que nos llevan a lo que Hayek llama “camino de la servidumbre”; nosotros sabremos que comprar y que vender, el gobierno nada debería siquiera opinar.

En un post anterior El peso oro uruguayo y la Suiza de América, mencionaba que además de la banca libre con moneda sana, fue la apertura comercial lo que nos ubicó en los primeros lugares del globo en aquellos años.

El siguiente cuadro muestra como el PIB per cápita del Uruguay entre 1871 y 1887, medido en US$ del año 1985, incluso estuvo por sobre el europeo en aquellos nuestros años dorados que supimos perder.

Cuadro del PIB per cápita uruguayo comparado con el de europa entre 1871 y 1887
Fuente: Ramón Díaz. op.cit. Pág.165

No solo crecimos a un buen ritmo en la economía, sino también en población, gracias a la constitución liberal de 1830 y en oposición a la tradición mercantilista, en esa época colonial.

El Artículo 50, Candado a la Libertad Económica

En línea con el modelo de sustitución de importaciones recomendado por la CEPAL en los sesenta, el artículo 50 de la constitución uruguaya, introducido en el año 1967 y sin precedentes hasta esa fecha, indica:

El Estado orientará el comercio exterior de la República protegiendo las actividades productivas cuyo destino sea la exportación o que reemplacen bienes de importación. .​..”

Hoy, los gobernantes parecen estar siempre empeñados en establecer acuerdos con otros gobiernos, sobre cuánto de nuestra riqueza van a dejar en nuestros bolsillos.

Con convenios comerciales e impositivos, buscan un sistema mundial tan atado que no tendremos adónde ir si no queremos seguir siendo esclavos.

Por ejemplo, el Impuesto Global Mínimo a las Ganancias, acordado en 2021 por políticos de la OCDE y el G20, del 15% sobre la renta corporativa en el llamado “Marco Inclusivo”.

Este acuerdo, firmado también por nuestros representantes y que dice buscar evitar la evasión fiscal de grandes corporaciones, ha sido muy criticado por limitar la soberanía fiscal de los países y la competencia tributaria.

ADN del Socialismo en el Sistema Mundial

Las medidas mercantilistas están emparentadas con ideas económicas socialistas o sistema centralmente planificado, como las plasmadas posteriormente en 1848 con el manifiesto comunista de Marx y Engels.

En el texto se aboga por: proteccionismo comercial, planificación central, sistema fiscal progresivo, control de transporte y comunicación, centralización del crédito y banca (destrucción de la moneda sana), multiplicar fábricas estatales; entre otras medidas liberticidas.

Una idea arcaica que subyace de estas acciones es el mito de que un país solo puede enriquecerse a costa de empobrecer a otro, el dogma de Montaigne.

Ven al comercio como un juego de suma cero, el que exporta gana y el que importa pierde.

Conclusión

Las medidas del presidente Trump vinieron a desnudar un sinnúmero de regulaciones e impedimentos que muchos de nuestros gobiernos han establecido con los años. Sin que nos demos cuenta y a nuestras espaldas eligen por nosotros.

El mercantilismo, clásico o moderno, sigue vivo en las políticas económicas de muchos países, incluido Uruguay. Su lógica limita la libertad individual y económica en nombre de un supuesto interés nacional; ha demostrado ser ineficiente y contraproducente.

¿Crees que las políticas proteccionistas son la solución para el desarrollo económico, o deberíamos apostar por un comercio más libre? Deja tu opinión en los comentarios.

Referencias adicionales y bibliografía:

Contabilidad Nacional: sistema de registro contable que mide la actividad económica de un país; en la sección de transacciones con el resto del mundo o balanza de pagos se encuentran las secciones de cuenta corriente, cuenta financiera y cuenta capital. En la sección de cuenta corriente se ubican la balanza comercial y la balanza de servicios, entre otros rubros. Las medidas objeto de discusión se refieren solo al intercambio de bienes, no a la parte de servicios con el exterior.

OEC-World: https://oec.world/es/profile/bilateral-country/usa/partner/ury

Impuesto Mínimo Global: https://www2.deloitte.com/uy/es/pages/tax/articles/la-propuesta-de-un-impuesto-minimo-global.html

Díaz, Ramón (2020). Historia Económica de Uruguay. Edición actualizada. Montevideo.

Smith, Adam. La Riqueza de Las Naciones. Edit. Alianza. Madrid

Medidas económicas presentes en el manifiesto comunista: https://es.wikipedia.org/wiki/Manifiesto_del_Partido_Comunista

Constitución del Uruguay de 1967: https://www.impo.com.uy/bases/constitucion/1967-1967

Lectura adicional recomendada: Dinero sólido, clave para nuestra libertad: https://mises.org/es/mises-wire/el-dinero-solido-es-la-clave-para-defender-nuestras-libertades

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4 comentarios

  1. Excelente explicación, gracias Gonzalo por hacerlo tan práctico y sencillo de entender. Coincido completamente con tu visión.

  2. Como dice el artículo, hay que apostar por un comercio más libre, en el cual el Estado no decida por nosotros que debemos o no comprar o vender. Es la única forma de evolucionar y desarrollarnos como sociedad; y de ser cada día un poco más libres.

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